7 FECIMX
Consigue boletos para esta función aquí.
* Previo a la función se proyectará un programa curado por PROCINECDMX con los cortometrajes "Impronta" (Dir. Rafael Martínez-García), "Territorio Skate" (Dir. Belén Guzmán Mendoza) y "Solé" (Dir. Ana Berdeja Suárez).
Hugo compra comida chatarra para pasar la cuarentena en casa debido a una pandemia mundial. Su esposa, harta de su irresponsabilidad, lo abandona y se lleva consigo a su hijo pequeño. Hugo consume toda la comida y con la basura empieza a crear a una criatura que cobrará vida para apoderarse de él.
Ana una mujer de 23 años que vive con discapacidad motriz desde nacimiento y que se dedica al trabajo sexual se prepara para salir a trabajar mientras narra sus ideas y sentir respecto a la autonomía que el trabajo sexual le hace sentir sobre su cuerpo. Ana a través de su trabajo desafía esta creencia y expectativa social de la trabajadora sexual con el cuerpo hegemónico, pues Ana visibiliza no sólo a la mujer discapacitada sino también a un grupo de mujeres que han quedado segregadas aún más, las trabajadoras sexuales con discapacidad.
Tras la misteriosa desaparición de un alcalde en la colonia El Retiro, al oriente de la Ciudad de México, Miguel Ángel "el Apá", un habitante jubilado, deambula por las calles con una videocámara entrevistando a los lugareños sobre lo ocurrido, con la intención de hacer una película documental para descifrar la verdad.
Alicia recibe una llamada de su hija Karen sin saber que sería la última vez que la escucharía. Para conformar la última persona que estuvo con ella, recurre a la cabina de Impronta, donde gracias a la tecnología ,se traslada al pasado para averiguar la verdad.
Sole, una embalsamadora veterana, tiene dos metas: una es honrar los deseos de “sus muertitos”; la otra es transmitir paz a sus familias en los momentos más dolorosos de su vida. Encontrarse con Lu, un chico transgénero, le complica la jugada a Sole, al toparse con el dilema de arreglarlo como su familia quiere o como él habría querido.
Cuando Verónica era pequeña era inusual ver a una niña con una patineta, aprendió rodeada de hombres en un entorno donde tuvo que construirse un espacio. Este año cumple 33 y aunque se ha alejado de las competencias, los eventos y del antiguo deseo de ser skater profesional, su conexión con este mundo persiste. Ella es parte de un colectivo de mujeres que imparten talleres a niñas de comunidades indígenas, esta vez el taller se organizó por primera vez en la CDMX con las niñas de la comunidad Otomí; donde no solo les enseñan a patinar, sino que les demuestran que el skateboarding y los espacios públicos como los skateparks también les pertenecen. A través de esta experiencia y la interacción con las niñas, Verónica continúa construyendo un legado para romper las barreras de género y fomentar la participación de más mujeres en el skateboarding.